Los meses más fríos del año consiguen en nosotros muchos cambios ¿no crees?, para empezar cambiamos el tipo de ropa, es el momento en el que nos acordamos de los abrigos, bufandas, gorros, guantes, botas…y un sinfín de artículos con el fin de no pasar frío; también perdemos algunos buenos hábitos, como beber abundante agua, evidentemente, no se nos apetece porque hace frío y a menos que queramos beber agua caliente nuestro paseo por la cocina tendrá como uno de los objetivos olvidarnos del grifo para beber agua o el paseo al supermercado obviará ese pasillo repleto de una enorme variedad de botellas de agua mineral, así que ya ves cómo un simple cambio de temperatura provoca en nosotros importantes cambios que repercuten en uno de nuestros órganos más importantes y de los más olvidados…”LA PIEL”.
¿Sabías que la piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo? Este dato debería ser suficiente para darle la importancia que se merece, pero después de tantas preguntas que pasan por nuestra farmacia, vamos a daros algunos consejos para mejorar la piel durante los meses de frío, cuando nuestra piel se convierte en “piel seca”.
-Proteger la piel incluso en días nublados o con nieve es algo que muchas veces obviamos porque pensamos que el tan anhelado sol nos ha abandonado durante una temporada, pero hay que tener en cuenta que la nieve es un reflector importante, así que no olvides usar un protector solar para labios, ya que pueden secarse y agrietarse fácilmente, así como un protector más para la cara y gafas especiales si vas a hacer algún deporte en la nieve.
-Evitar los baños y duchas calientes. Es curioso, pero cuando normalmente algo nos resulta favorecedor en algunos aspectos , es perjudicial para otros, estamos hablando de lo bien que sienta tomar una ducha caliente para compensar el frío pero no nos damos cuenta que el agua caliente remueve los aceites naturales de la piel más rápidamente que el agua fría, por eso estas duchas calientes deberían tener un tiempo corto y limitado, que no exceda más de cinco minutos, alternando un poco con agua tibia. Este punto hace que sintamos molestias en la piel como aparición de picores o que se reseque más , además de que esta pérdida excesiva de agua de la misma nos pase factura más adelante, de ahí la importancia de hidratarla con algún aceite después del lavado.
-Hidratación diaria, por supuesto, nos referimos tanto a beber más agua o infusiones como a nivel tópico, este último no menos importante. A nivel tópico son buenos los aceites cuando hablamos de pieles secas o también hablaríamos de cremas hidratantes en base de aceite. El aceite crea una capa protectora sobre la piel que hace que se retenga más humedad que una crema a base de agua o loción. Un truco al aplicar los aceites es hacerlo con la piel un poco húmeda.
-Por último, pero no por eso menos importante lo voy a enfocar a la alimentación. Es importante consumir alimentos ricos en omega 3 y vitamina D. Los ácidos grasos esenciales (omega 3y6) son los más importantes, ya que son grasas saludables y ayudan a retener los aceites naturales en sus células para así mantener la piel bien hidratada.
Las personas con niveles bajos de vitamina D tienen menor humedad media en la piel; la falta de sol en invierno puede tener un impacto en la sequedad de la piel, así que aunque pocos alimentos contienen cantidades significativas de vitamina D de forma natural, te recomendamos el salmón y la caballa , ya que son consideradas de las mejores fuentes en esta importante vitamina.
Esperamos haberte ayudado y que esta información te ayude a llevarte mejor con tu piel ,¿no crees?